La cercanía de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump, el 20 de enero, ha desatado una ola de preocupación entre la comunidad estudiantil. Más de 1.1 millones de estudiantes internacionales se encontraban matriculados en instituciones de educación superior durante el año académico 2023-24, según datos recientes. Este número récord se ve ahora amenazado por las promesas de políticas migratorias más restrictivas por parte del nuevo gobierno.
“Es un momento aterrador para los estudiantes internacionales,” afirma Pramath Pratap Misra, un egresado de la Universidad de Nueva York (NYU), la institución con mayor número de estudiantes internacionales del país, con más de 27,000 el año pasado. Sus palabras reflejan el sentir de muchos.
Ante este panorama, varias universidades han tomado medidas. La Universidad de Cornell, por ejemplo, a través de su Oficina de Aprendizaje Global, aconsejó a sus estudiantes que regresen antes del 21 de enero, fecha de inicio del semestre de primavera, o que se pongan en contacto con un asesor para evaluar posibles retrasos en sus viajes. La advertencia es clara: “Es probable que entre en vigor una prohibición de viajar poco después de la inauguración,” alertó la universidad, mencionando la posibilidad de que se incluyan países como Kirguistán, Nigeria, Myanmar, Sudán, Tanzania, Irán, Libia, Corea del Norte, Siria, Venezuela, Yemen y Somalia, además de posibles nuevas adiciones como China e India.
La Universidad del Sur de California (USC), con más de 17,000 estudiantes internacionales, fue más contundente, instando a sus estudiantes a regresar una semana antes del regreso de Trump a la Casa Blanca, anticipando posibles decretos que afecten los viajes y el procesamiento de visas. “La forma más segura de evitar cualquier desafío es estar físicamente presente en Estados Unidos antes de que comience el semestre de primavera,” señaló la Oficina de Servicio Internacional de la USC.
La situación se complica aún más con la promesa de "deportaciones masivas". Esto genera incertidumbre más allá de las implicaciones para los viajes, afectando a sectores cruciales como la agricultura, el turismo, la construcción y la salud. Al mismo tiempo, la promesa de otorgar "automáticamente" la tarjeta verde a los graduados universitarios, con las salvedades posteriores sobre la "cualificación" y el control ideológico, añade otra capa de complejidad.
Otras universidades, como la Universidad de Massachusetts Amherst y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), también han emitido comunicados, ofreciendo recursos y orientación a sus estudiantes internacionales. La Universidad Northeastern, con una alta matrícula de estudiantes internacionales, recomendó el regreso antes del 6 de enero, mientras que la Universidad de Harvard aconsejó a sus estudiantes que consideraran anticipar su retorno.
El panorama es complejo. Las universidades intentan brindar apoyo, pero la incertidumbre generada por las políticas migratorias del presidente electo deja una incógnita sobre el futuro para miles de estudiantes internacionales en Estados Unidos.