El centro de la tormenta es Vivek Ramaswamy, co-jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), quien recientemente expresó su apoyo al programa de visas H-1B para trabajadores especializados extranjeros. Esta postura, expresada a través de su cuenta en X, ha generado una ola de críticas feroces desde las filas de los seguidores del presidente electo, Donald Trump.
Ramaswamy argumentó que la preferencia por ingenieros extranjeros en las empresas tecnológicas no se debe a una deficiencia intelectual inherente a los estadounidenses, sino a "cuestiones culturales". En un extenso mensaje, el ex candidato presidencial puntualizó: "Una cultura que celebra a la reina del baile de graduación por encima de la campeona de matemáticas no producirá los mejores ingenieros... Si creces aspirando a la normalidad, la normalidad es lo que lograrás."
Esta declaración ha provocado una reacción en cadena. Donald Trump y varios de sus acérrimos seguidores, conocidos por su postura dura en materia de inmigración, han expresado su descontento. Entre las voces críticas se encuentra Nikki Haley, quien en las primarias republicanas se presentó como una alternativa más moderada a Trump. Haley declaró sin ambages: "No hay nada malo con los trabajadores estadounidenses ni con la cultura estadounidense. Deberíamos invertir y priorizar a los estadounidenses, no a los trabajadores extranjeros."
Otras figuras influyentes de la derecha estadounidense también han participado en el debate. Mike Cernovich cuestionó la premisa de Ramaswamy, mientras que Jack Posobiec se preguntó por qué reclutar talento extranjero en lugar de apostar por el talento nacional. Incluso Laura Loomer, conocida por su postura ultraderechista y su lealtad a Trump, ha lanzado acusaciones en tono racista.
La participación del multimillonario Mark Cuban, quien cuestionó la importancia de la educación superior en la formación de ingenieros, agrega otra capa de complejidad a la discusión. La controversia también ha generado inquietud entre la comunidad inmigrante, preocupada por las posibles implicaciones de una segunda administración Trump en relación con el programa de visas H-1B.
El debate, que continúa extendiéndose por las redes sociales, pone de manifiesto las profundas divisiones ideológicas dentro del movimiento MAGA y anticipa un complejo panorama político en los próximos años.