El foco de atención se centra en Tom Homan, designado por el presidente electo Donald Trump como el nuevo "zar fronterizo". En una entrevista reveladora con The Washington Post, Homan ha detallado planes que prometen ser radicales en su ejecución.
Homan, quien trabajó con la actual gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem (designada para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional), ha esbozado una estrategia de deportaciones masivas que incluye la construcción de enormes centros de detención familiar.
"Vamos a tener que construir instalaciones familiares… la cantidad de camas que vayamos a necesitar dependerá de lo que digan los datos”, afirmó Homan. El gobierno de Texas ya ha ofrecido terrenos para este propósito, añadiendo un nuevo capítulo a esta controversial estrategia.
Sus declaraciones incluyen puntos cruciales que provocan polémica:
- Deportaciones Familiares: Homan ha declarado que las familias con padres indocumentados, incluso con hijos ciudadanos americanos, serán deportadas, dejando a estas familias en una situación extremadamente difícil.
- Capacidad y Recursos: Se espera la construcción de centros con capacidad para "100,000 camas diarias", según Homan, una cifra que refleja la ambición del plan y plantea interrogantes sobre la viabilidad de su implementación.
- Respeto a los Derechos Humanos: Mientras Homan asegura que se respetarán los derechos humanos, sus críticos señalan que la separación familiar en sí misma es una violación a los mismos, afectando directamente a niños ciudadanos estadounidenses.
- Menores "Desaparecidos": Homan mencionó la búsqueda de aproximadamente 300,000 menores indocumentados que ingresaron al país sin acompañantes, algunos de los cuales, según él, podrían ser víctimas de trabajo forzado o trata sexual. Este punto genera debate sobre la precisión del término "desaparecidos" y la situación real de estos menores.