El nombramiento de Thomas Douglas Homan como "zar fronterizo" bajo la administración Trump ha intensificado el temor. Homan, conocido por su postura inflexible, ha propuesto una medida que ha generado un fuerte debate: el "deposito" de niños inmigrantes en centros de reinserción social durante las deportaciones de sus familias.
Esta estrategia, revelada en una entrevista a NewsNation, forma parte de un plan más amplio de deportaciones masivas. Homan afirmó: “En lo que respecta a los niños estadounidenses, esa será una situación difícil, porque no vamos a detener a sus hijos ciudadanos estadounidenses, lo que significa que, ya sabe, los van a poner en un centro de reinserción social.” La declaración deja entrever una posible separación familiar, un escenario que ha generado indignación entre activistas de derechos humanos.
La propuesta no se limita a familias con hijos nacidos en Estados Unidos. Homan advierte claramente: “Tener un hijo ciudadano estadounidense no te hace inmune a nuestras leyes”. Esta afirmación deja claro que la deportación abarca a todas las familias indocumentadas, independientemente del estatus legal de sus hijos.
El gobierno mexicano, ante esta situación, ofrece asesoría legal a sus ciudadanos, argumentando que las deportaciones masivas sin un debido proceso constituyen una violación a los derechos humanos. Sin embargo, Donald Trump ha amenazado con declarar una emergencia nacional para acelerar las deportaciones, incluso con la advertencia de encarcelamiento para quienes intenten cruzar la frontera nuevamente.
La situación se complica aún más al considerar la falta de claridad sobre el proceso de reinserción social para los menores, y la falta de información precisa sobre los centros donde serían alojados. El futuro inmediato para miles de familias indocumentadas en Estados Unidos pende de un hilo, envuelto en incertidumbre y temor.