El corazón del asunto reside en demostrar estabilidad económica al agente consular. Esto no se limita a una cifra mágica en tu cuenta bancaria, sino a presentar una imagen completa de tu situación financiera. Guillermo, un joven mexicano que obtuvo recientemente su visa, nos comenta: "Pensé que solo necesitaba mostrar mi saldo, pero me hicieron muchas preguntas sobre mi trabajo y mis gastos."
El formulario DS-160 es el inicio. Aquí declaras tus ingresos mensuales y tu empleador. Pero la entrevista es donde se pone a prueba tu preparación. El agente consular busca evidencias que respalden tus declaraciones.
¿Qué pruebas son necesarias? Depende de tu situación:
- Empleados: Constancia de trabajo, comprobantes de pago, estados de cuenta bancarios, reportes de impuestos. Incluso una carta de tu empleador puede ser útil.
- Estudiantes: Credencial escolar, carta del director o constancia de inscripción, además de comprobantes de quién financiará el viaje.
- Independientes: Registros de tu negocio, escrituras, estados de cuenta que muestren la solvencia económica.
Aunque no hay una cantidad específica de dinero requerida, se recomienda tener un estimado para cubrir los gastos del viaje (generalmente entre $20,000 y $50,000 pesos mexicanos, según la duración y destino). Recuerda que se evalúa la capacidad de financiar el viaje de forma temporal, no la posesión de un gran capital.
Además de la información financiera, es crucial tener un itinerario detallado y mostrar fuertes lazos con México que demuestren tu intención de regresar. María, otra viajera, nos comparte: "Llevar un itinerario preciso, con reservaciones de vuelos y hoteles, fue clave. También mostré documentos que prueban mi propiedad y mis responsabilidades en México."
En resumen, el proceso de solicitud de visa americana requiere organización y preparación. Presentar una imagen clara y consistente de tu situación financiera y personal aumenta significativamente tus probabilidades de éxito.