El expresidente Jimmy Carter y el entonces líder panameño, Omar Torrijos, firmaron los Tratados Torrijos-Carter en 1977, sentando las bases para este traspaso histórico. Este acuerdo, que culminó con la completa administración panameña del canal el 31 de diciembre de 1999, fue descrito por Carter como “una decisión difícil, pero correcta para fortalecer las relaciones hemisféricas.”
Pero la paz no es eterna. Las recientes declaraciones del presidente electo Donald Trump han reavivado el debate. Trump, en varios eventos públicos, ha cuestionado la transferencia del Canal, argumentando que:
- La posición estratégica del canal es crucial para la seguridad nacional y el comercio estadounidense.
- La creciente influencia china en la región exige una reevaluación de la situación.
Es importante resaltar el impacto económico del Canal. Desde su devolución, ha experimentado importantes modernizaciones, incluyendo la inauguración de un tercer juego de esclusas en 2016. Esto ha incrementado su capacidad y su relevancia en el comercio mundial, generando más de 3,000 millones de dólares en ingresos para Panamá en 2022.
El legado de Carter y las declaraciones de Trump pintan un escenario complejo. La posición de Panamá, inamovible en su soberanía, y la postura de Estados Unidos, con un cambio de liderazgo, configuran un panorama geopolítico de alta tensión, reforzando la importancia estratégica del Canal de Panamá en el siglo XXI.