Donald Trump, quien regresará a la presidencia el 20 de enero, ha vuelto a acaparar la atención con declaraciones que, para muchos, anticipan un segundo mandato aún más caótico que el primero. Sus recientes comentarios despectivos hacia Canadá, la propuesta de anexión de este país como el estado número 51 de Estados Unidos y sus continuas amenazas veladas a los medios, han generado un clima de tensión palpable. “Habrá más caos en el segundo mandato de Trump que en el primero,” afirma Todd Belt, profesor de ciencias políticas en la Universidad George Washington.
La semana pasada, Trump ofreció su primera conferencia de prensa desde su victoria electoral. El evento, en su residencia de Florida, estuvo marcado por la presencia de multimillonarios y líderes empresariales. “Todos quieren ser mis amigos,” comentó el expresidente, en referencia a las visitas que ha recibido. Sin embargo, sus declaraciones sobre la prensa fueron más contundentes: planea "ponerla en cintura", una amenaza que ya ha comenzado a materializarse a través de demandas legales percibidas por analistas como tacticas de censura.
La ambigüedad, una constante en la comunicación de Trump, también se hizo presente. Mientras se declaraba un “gran creyente” en la vacuna contra la polio, sembró dudas sobre una conexión entre las vacunas y el autismo, una teoría refutada por la comunidad científica. “Algo está mal. Y vamos a tratar de descubrirlo,” dijo Trump, en relación con el aumento de casos de autismo en Estados Unidos, un incremento que expertos atribuyen a factores como cambios en los criterios de diagnóstico y una mejor detección.
Esta situación no solo ha generado incertidumbre entre los medios y la población, sino también en el ámbito financiero. Jerome Powell, director de la Reserva Federal, reconoció públicamente la dificultad para predecir las políticas económicas de la próxima administración: “Realmente no sabemos mucho sobre la política actual… No sabemos qué se gravará, a qué países, durante cuánto tiempo, en qué medida. No sabemos si habrá aranceles de represalia.” La Fed, en respuesta a esta incertidumbre, elevó sus previsiones de inflación y desaceleró el ritmo de recortes de tasas, provocando una caída en el mercado bursátil.
La ecuación se complica aún más con la presencia de otro actor impredecible: Elon Musk. El magnate ha demostrado su intención de intervenir en la política estadounidense, incluso interviniendo directamente en las discusiones presupuestarias del Congreso. Su filosofía empresarial, según Walter Isaacson, autor de su biografía, se resume en: “Asumir riesgos. Aprender haciendo estallar las cosas. Revisar. Repetir.” Esta filosofía, aplicada a la esfera política, promete añadir una nueva capa de imprevisibilidad a la ya volátil ecuación del próximo mandato de Trump.
El regreso de Trump a la Casa Blanca, acompañado de este nuevo clima de incertidumbre y la influencia de Musk, plantea un escenario complejo y lleno de incógnitas para México y el resto del mundo. La estrategia del empresario y los planes del expresidente, aún envueltos en un velo de ambigüedad, prometen un periodo de volatilidad política y económica.