Trinidad y Tobago, una nación insular con una población cercana a los 1.5 millones de habitantes, se encuentra en medio de una crisis sin precedentes. El número de homicidios este año ya supera los 620, una cifra alarmante que posiciona al país entre los que registran las tasas más altas de Latinoamérica y el Caribe. La situación ha obligado al gobierno a tomar medidas drásticas.
Tras semanas de presión pública por la escalada de la violencia, la Presidente Christine Carla Kangaloo, siguiendo la recomendación del Primer Ministro Keith Rowley, declaró el estado de emergencia. Esta decisión, sin precedentes en años recientes, responde a la creciente influencia del crimen organizado, principalmente vinculado al narcotráfico internacional.
La cercanía con Venezuela, la porosidad de las fronteras y las rutas de transporte directo a Europa y Norteamérica, según el Departamento de Estado de Estados Unidos, convierten a Trinidad y Tobago en un punto estratégico para el trasiego de narcóticos. “Una ubicación privilegiada para el transbordo de narcóticos”, señala el reporte. Este factor complica aún más la situación, creando un círculo vicioso de violencia.
Un ejemplo reciente de la brutalidad de la situación fue la masacre del domingo pasado en Laventille, un área empobrecida. Cinco hombres fueron asesinados a tiros en una tienda. La policía cree que se trató de una represalia por el asesinato de un reconocido miembro de una pandilla el día anterior. Los detalles del estado de emergencia aún no se han hecho públicos, generando incertidumbre sobre las medidas que se implementarán.
Este contexto de violencia extrema llega en un momento crucial para el país, a medida que se acercan las elecciones generales, que deben celebrarse antes de agosto de 2025. El partido gobernante, el Movimiento Nacional del Pueblo (MNP), liderado por Rowley y en el poder desde septiembre de 2015, se enfrenta a un fuerte desafío del Congreso Nacional Unido, liderado por la ex Primera Ministra Kamla Persad-Bissessar. La crisis de seguridad seguramente jugará un papel central en la contienda electoral.
Las autoridades trabajan contrarreloj para controlar la situación y garantizar la seguridad de los ciudadanos. Mientras tanto, la población espera con incertidumbre el despliegue de las medidas que se adoptarán bajo el estado de emergencia.