La tranquilidad del paisaje se ve interrumpida por un misterio que está conmocionando a la comunidad. Los detalles escalofriantes comenzaron a emerger a principios de diciembre, con reportes de loros heridos a tiros en Pasadena y Monrovia. Hasta 11 aves murieron o sufrieron heridas graves en esos incidentes. Pero la situación se agravó recientemente con el hallazgo de cinco loros más mutilados, encontrados en una jaula improvisada cerca de las vías del tren en El Monte.
“Tres de ellos tuvieron que ser sacrificados inmediatamente, algunos con múltiples fracturas, uno con laceraciones en la parte izquierda del cuerpo”, declaró Cleo Watts, rescatista de vida silvestre de Cleo's Critter Care. “A uno de ellos le arrancaron completamente el pico y lo partieron por la mitad”. El testimonio de Watts, con años de experiencia en el rescate de animales, refleja la gravedad de la situación.
Este no es un hecho aislado. Aproximadamente hace un año, en Temple City, se encontraron redes en los árboles, aparentemente colocadas para atrapar a estos loros, resultando en más aves heridas o muertas. La pregunta que surge es: ¿por qué? ¿Quién está detrás de estos actos de crueldad?
Las aves, aunque no nativas de la zona, se han establecido en el Valle de San Gabriel. Si bien algunos residentes disfrutan de su presencia, otros claramente no. “No estamos seguros de por qué, o si simplemente les molestan los loros ruidosos”, comentó Ashly Cass de SoCal Parrot Rescue en San Diego. “Una cosa es si es un accidente, pero sigue siendo desgarrador y frustrante cuando es a propósito”.
Ante esta situación, organizaciones como SoCal Parrot Rescue, que recibe cientos de aves heridas cada año, y Pasadena Humane, que se encarga de la investigación, están trabajando arduamente para rescatar y rehabilitar a los sobrevivientes. Sin embargo, la prioridad ahora es identificar y detener a los responsables de estos crímenes contra la fauna silvestre. La investigación continúa y se pide a la comunidad colaborar brindando cualquier información que pueda ayudar a esclarecer estos hechos.
La lista de desafíos es larga:
- Identificar al o los responsables.
- Aumentar la conciencia pública sobre la problemática.
- Implementar medidas para proteger a los loros.
El futuro de estos loros en el Valle de San Gabriel pende de un hilo.