Nos referimos a un caso que involucra a Samuel Sierra, de 35 años, un oficial hispano del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) con seis años de servicio. Un nombre que, hasta hace poco, quizás solo resonaba en las estadísticas de efectividad policial.
Sierra, quien según reportes, percibió un salario anual superior a los $168,000 dólares, fue arrestado el viernes por la noche en East Harlem. Los cargos en su contra son graves: abuso en primer grado, estrangulamiento y agresión. El NYPD ha confirmado que el incidente fue de "naturaleza doméstica", aunque se mantienen herméticos sobre los detalles específicos del caso para proteger a la víctima.
Su trayectoria en el NYPD, lejos de ser impecable, presenta algunas señales de alerta. En 2019, recibió un premio al mérito policial, un reconocimiento que contrasta con los hechos posteriores. En febrero de 2023, mientras estaba en servicio, se le acusó de agredir a una mujer y de abuso de autoridad durante una parada de tránsito, según el sitio web 50-a.org. Si bien estas acusaciones fueron catalogadas como "dentro de las pautas del departamento", llevaron a que se le ordenara someterse a un nuevo entrenamiento. Un dato relevante es que, en diciembre pasado, fue transferido a la Sección de Policía Auxiliar.
El sábado, Sierra se declaró no culpable en su lectura de cargos en la Corte Penal de Manhattan. La fianza impuesta fue considerable: $50,000 dólares en efectivo, $100,000 dólares de fianza asegurada o $100,000 dólares de fianza parcialmente garantizada. Este caso, sin duda, plantea interrogantes sobre los mecanismos de supervisión y control dentro del cuerpo policial, y nos recuerda que la justicia, incluso para aquellos que la representan, debe prevalecer.
La mayor parte de su carrera la pasó patrullando el 77° Precinto en Brooklyn, un dato que añade otra capa a esta historia compleja que seguramente seguirá generando debates.