Las autoridades han revelado la identidad del conductor como Shamsud din Jabbar, un veterano del Ejército con residencia en Texas. Jabbar, según las investigaciones, condujo intencionalmente una camioneta contra una multitud que celebraba el Año Nuevo, ocasionando la muerte de 14 personas y heridas a otras 35. El incidente, lejos de ser un acto aislado, ha encendido las alarmas de las agencias federales.
Tras el tiroteo con la policía en el que Jabbar perdió la vida, se encontraron pruebas cruciales dentro de su vehículo. Entre ellas, una bandera del Estado Islámico, hallazgo que apunta hacia un posible móvil terrorista. Además, se recuperaron varios vídeos difundidos en redes sociales donde Jabbar expresaba abiertamente su apoyo al grupo terrorista.
Pero la preocupación no se limita solo a este incidente. El FBI, en un informe interno, advierte sobre la posibilidad de un aumento en los ataques de este tipo. Señalan la existencia de indicios que sugieren la planificación de futuros atentados y asesinatos en masa, involucrando tácticas como el uso de documentos falsos, el alquiler de vehículos y la búsqueda de potenciales objetivos.
La investigación abarca una amplia gama de posibilidades, incluyendo un análisis exhaustivo del historial de Jabbar y sus posibles vínculos con redes terroristas. Las agencias federales han intensificado la vigilancia y colaboran estrechamente con las fuerzas del orden locales para prevenir futuros ataques. Mientras tanto, la nación se enfrenta a una nueva realidad, donde la amenaza del terrorismo se presenta de formas inesperadas, recordando la fragilidad de la seguridad y la constante necesidad de estar alerta.
Se está investigando, a su vez, la posible conexión de este hecho con la explosión ocurrida en Las Vegas el mismo día, aunque, hasta el momento, las autoridades afirman que "no existe vínculo" entre ambos incidentes.