El gobierno ha activado el Organismo de Dirección y Desarrollo de la Defensa Integral (ODDI), una entidad encargada de la seguridad nacional, para garantizar la tranquilidad durante la ceremonia.
"Ante la amenaza real del gobierno saliente de los Estados Unidos, sus satélites y del fascismo," afirmó Maduro a través de redes sociales, justificando la medida. El ODDI, según el mandatario, desplegará sus activos en todo el territorio nacional para "hacer respetar la constitución y la paz".
Pero la situación no se limita a un simple operativo de seguridad. Las fuerzas militares y policiales, junto con civiles al servicio del gobierno, estarán vigilando las calles. Maduro ha emitido una orden contundente: cualquier acto de sublevación será considerado como una amenaza a la nación.
Este despliegue masivo ocurre en medio de un contexto de fuerte polarización. María Corina Machado, destacada figura de la oposición, realizó el 9 de enero un llamado a la población venezolana para manifestarse en contra de la investidura de Maduro. Las protestas, no solo se han visto en las calles de Caracas, con ciudadanos vistiendo los colores de la bandera nacional y exigiendo la destitución del presidente, sino también en ciudades como Madrid, Kuala Lumpur y Sídney, donde las comunidades de migrantes venezolanos han expresado su descontento.
El gobierno venezolano, por su parte, ha instado a la calma. "Al pueblo les digo: no caigan en ninguna provocación," señaló Maduro en sus redes sociales, mientras el país espera la investidura presidencial en medio de un clima de alta incertidumbre.