La segunda toma de posesión de Donald Trump fue un evento que, a juzgar por las descripciones, se caracterizó por una mezcla de opulencia y contratiempos. Entre los asistentes, se encontraban figuras destacadas de la industria tecnológica, como Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg y Tim Cook, quienes ocuparon lugares privilegiados en la Rotonda del Capitolio. Su presencia generó un revuelo considerable, considerando su pasado de apoyo demócrata.
"La era dorada de América comienza ahora," declaró Trump a una audiencia que lo aclamó efusivamente. Su discurso, cargado de patriotismo y promesas de grandeza, fue interrumpido por un fallo en el sistema de sonido del Capitolio. Este inconveniente, solucionado por la cantante Carrie Underwood, quien interpretó "America The Beautiful" a capella, se sumó a un episodio previo en el que Trump intentó besar a la Primera Dama, siendo frustrado por su sombrero de ala ancha.
El evento no estuvo exento de controversia. El atuendo de Lauren Sanchez, prometida de Jeff Bezos, generó un debate en redes sociales. Su elección de vestuario fue considerada por algunos como inapropiada para la ocasión. Por otro lado, el traje de Ivanka Trump fue comparado con los atuendos de la serie "El cuento de la criada", provocando críticas en las redes. En contraste, la ausencia de Michelle Obama en la ceremonia fue notable, generando especulaciones sobre sus sentimientos hacia Trump.
Detalles adicionales resaltan la magnitud del evento: la asistencia de figuras como Jake y Logan Paul, el incidente donde la silla del comediante Theo Von se rompió, y la notable diferencia en el tamaño de la multitud comparada con su primera investidura, atribuida en parte a las medidas de seguridad y al clima. Los asistentes en el Capital One Arena, donde se siguieron las transmisiones, abuchearon fuertemente la llegada de Barack Obama. La celebración incluyó la firma de 100 órdenes ejecutivas por parte de Trump en el centro de visitantes del Capitolio, donde ofreció un segundo discurso más informal.
El día culminó con Trump dirigiéndose a sus partidarios, haciendo referencia a los detenidos por los sucesos del 6 de enero de 2021, a quienes llamó "rehenes", algunos de los cuales asistieron a la celebración.