El miércoles 22 de enero, la tranquilidad de un viaje en tren se quebró en el estado de Maharashtra. Un tren expreso, el Pushpak Express, que se dirigía a su destino final, se vio envuelto en un incidente que cobró la vida de 11 personas y dejó a otras cuatro gravemente heridas. La tragedia no se originó por un fallo mecánico catastrófico, ni por un acto de sabotaje, sino por una falsa alarma de incendio.
Según informes oficiales, el rumor de un incendio a bordo provocó que los pasajeros accionaran el freno de emergencia. Sin embargo, las investigaciones preliminares de la oficina de ferrocarriles apuntan a que las chispas, lejos de un incendio, probablemente provenían de un “eje caliente” o un “frenado excesivo” dentro de uno de los vagones. Este detalle, aparentemente menor, desencadenó una reacción en cadena de consecuencias fatales.
En medio del pánico, algunos pasajeros tomaron la desesperada decisión de saltar a las vías adyacentes. Fue en ese instante, con la confusión y el miedo apoderándose de la situación, que el Karnataka Express, proveniente de Bangalore con destino a Delhi, arrolló a quienes habían abandonado el Pushpak Express. El director del Departamento de Información de la Junta de Ferrocarriles, Dilip Kumar, confirmó la terrible colisión a los medios.
El Ministro regional de Maharashtra, Gulabrao Patil, en una declaración en video, lamentó profundamente la tragedia. Imágenes desgarradoras, difundidas por canales de televisión, muestran los cuerpos tendidos a lo largo de las vías férreas, y a algunos sobrevivientes con heridas visibles. El jefe de gobierno del estado, Devendra Fadnavis, expresó sus condolencias a través de X: “La pérdida de vidas en el desafortunado incidente cerca de Pachora en el distrito de Jalgaon es profundamente angustiante. Expreso mis condolencias a las familias de los fallecidos”.
El incidente, más allá del número de víctimas, pone de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de transporte masivo ante situaciones de emergencia y la importancia de protocolos de evacuación claros y eficientes, así como la necesidad de una comunicación precisa y oportuna para evitar el pánico.