El choque entre un helicóptero militar y un avión comercial ha marcado un trágico hito como el desastre aéreo más mortífero en más de una década. Hasta el momento, se han recuperado 28 cadáveres del gélido río Potomac, donde cayó el avión American Eagle 5342, transporte de pasajeros que transportaba a 60 personas. El jefe de bomberos de Washington DC, John Donnelly, informó que los esfuerzos continúan para localizar a todas las víctimas y devolverlas a sus seres queridos.
Según las comunicaciones de control de tráfico aéreo, el helicóptero Black Hawk del Ejército de EE. UU. era consciente de la proximidad del avión, que se aproximaba a aterrizar en el Aeropuerto Nacional Reagan. No obstante, la Administración Federal de Aviación (FAA) indicó que ambos vehículos estaban operando dentro de las pautas de vuelo habituales y que no se había reportado ninguna interrupción en las comunicaciones.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) está liderando la investigación para determinar las causas del accidente. Los investigadores han recuperado una de las cajas negras del avión, lo que proporcionará información crucial. El Secretario de Transporte, Sean Duffy, expresó su creencia de que el incidente podría haberse evitado.
Entre los pasajeros fallecidos se encontraban patinadores sobre hielo que regresaban de competencias en Kansas. La alcaldesa de Wichita, Lily Wu, expresó sus condolencias y anunció un período de duelo para la comunidad. El Presidente Trump mantendrá una rueda de prensa para abordar la situación a las 1600 GMT. En una publicación anterior en Truth Social, cuestionó las acciones de la tripulación del helicóptero y los controladores aéreos, indicando que "NO ES BUENA!!!". Los esfuerzos de rescate continúan en el río Potomac, donde se espera la recuperación de más cuerpos. La operación es ardua para los socorristas debido a las condiciones climáticas frías y ventosas.