El centro de la tormenta: el alcalde Eric Adams, quien enfrenta múltiples cargos federales desde septiembre, incluyendo fraude electrónico, soborno y recepción de donaciones ilegales de campaña. Su declaración de inocencia y la fecha de juicio fijada para el 21 de abril parecían marcar el rumbo, hasta ahora.
Múltiples reportes, iniciados por The New York Times, señalan que altos funcionarios del Departamento de Justicia están explorando la posibilidad de desestimar el caso. Estas conversaciones, según las fuentes, involucran tanto a fiscales federales como a los abogados del alcalde, Alex Spiro entre ellos. Sin embargo, es crucial destacar que no hay confirmación oficial de que se vaya a desestimar la acusación.
El Distrito Sur de Nueva York se ha mantenido hermético, negándose a comentar sobre las especulaciones. De hecho, la respuesta de Spiro a las consultas de la prensa fue concisa y categórica: “No, no es culpable, como he dicho desde el principio.” Su declaración, junto con la afirmación de que Adams “no va a dimitir,” ha generado aún más incertidumbre.
Este giro inesperado en el caso coincide con un hecho poco usual: la prolongada ausencia del alcalde por “enfermedad” durante los últimos tres días, permaneciendo en su residencia de Gracie Mansion. Su subdirector de comunicaciones, Fabien Levy, confirmó que Adams se encuentra “sintiéndose mejor” y regresará a sus actividades públicas este jueves, incluyendo la asistencia al discurso sobre el “Estado del Departamento de Policía de Nueva York”.
La situación se complica aún más al considerar la creciente cercanía entre Adams y el presidente Donald Trump. Según The New York Times, ambos han mantenido contacto directo durante varias semanas. Incluso, Trump ha insinuado públicamente la posibilidad de un indulto para el alcalde. Mientras tanto, el miércoles se llevó a cabo una conferencia sobre el estado de los documentos clasificados relacionados con el caso, añadiendo otro nivel de complejidad a esta situación.
La información disponible, aunque fragmentaria, pinta un panorama político complejo y en constante evolución. El futuro del alcalde Adams y el curso de las investigaciones permanecen, por ahora, inciertos.