El zumbido de las sirenas se mezclaba con los cánticos de una multitud que expresaba su inconformidad. El epicentro: la Placita Olvera, corazón histórico de la ciudad. De ahí, una marea de manifestantes, muchos con pancartas con mensajes contundentes como “El verdadero criminal está en la Casa Blanca” o “Jesús dijo: ‘Ama a tu prójimo’, no lo deporten”, se desbordó hacia la autopista 101, bloqueando el tráfico a las 12:30 p.m. El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), apoyado por la Patrulla de Carreteras de California (CHP), logró despejar la autopista, pero la energía contestataria se trasladó a las calles del centro, especialmente a la calle Los Ángeles.
El LAPD, a través de una publicación en X (antes Twitter), calificó la manifestación como "no permitida", aunque inicialmente la describió como pacífica. Sin embargo, la situación escaló. Varios autobuses del Metro fueron vandalizados con grafitis, incluyendo la frase “F— Ice”. La tensión aumentó a medida que la tarde avanzaba. Alrededor de las 6 p.m., el LAPD declaró ilegal la manifestación y ordenó la dispersión.
La respuesta fue inmediata. Se activó una alerta táctica en toda la ciudad. Oficiales antidisturbios, equipados con armas menos letales, formaron líneas para contener a los manifestantes. La situación se volvió tensa. Videos difundidos muestran enfrentamientos entre la policía y algunos manifestantes.
La protesta, convocada y amplificada a través de redes sociales, se centró en las políticas migratorias y las deportaciones. Su impacto se extendió más allá del centro de Los Ángeles; manifestaciones similares, contra el ICE, se registraron simultáneamente en otras ciudades del sur de California, incluyendo Ventura, Riverside y San Diego, así como en otras ciudades importantes de Estados Unidos.
Para las 8 p.m., la autopista 101 fue reabierta. El eco de las protestas, sin embargo, resonaba aún en las calles, dejando tras de sí una compleja narrativa que va más allá de los reportes oficiales. Aun cuando el orden se restableció, la imagen de los enfrentamientos y el impacto de la protesta dejaron una marca imborrable en la jornada.