En Dallas, frente al Ayuntamiento, se congregaron decenas de personas, su número menor al esperado, pero su voz, amplificada por la convicción, resonaba con fuerza. Organizada por Next Generation Action Network, esta protesta, la segunda consecutiva, se levantó contra el incremento de las redadas del ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, dirigidas a la comunidad inmigrante. Nombres como Gabrielya Barrera y Acuarela Jiménez, dos jóvenes valientes, se convirtieron en los rostros de este movimiento.
"Mi cartel dice que mis padres lucharon por mí, ahora me toca a mí luchar por ellos," expresó Barrera, de 18 años, con una determinación que inspiraba. Su testimonio, un eco de tantas otras historias similares, refleja la lucha diaria de muchos jóvenes mexicanos que se enfrentan a la incertidumbre.
Jiménez, de tan solo 16 años, no pudo contener las lágrimas al hablar del miedo que invade a su familia y amigos. "Tengo miedo por mis padres...por mis amigos...no es justo," dijo, sus palabras llenas de una angustia que refleja la realidad que viven miles de familias en la región. Su mensaje de unidad trasciende las fronteras nacionales: "Estamos juntos en esto y siempre estaremos juntos. Seamos mexicanos, guatemaltecos, de cualquier país, inmigrantes, no importa quiénes seamos, estamos juntos en esto".
La situación no se limitó a Dallas. En Arlington, otra manifestación se desarrolló en las escalinatas del Ayuntamiento. Marie Esquiel, cuya historia personal se entrelaza con la experiencia del desgarro familiar por la deportación de su padre, se unió a las protestas. "En este momento, no se trata sólo de mantener unidas a las familias, se trata de recuperar nuestros derechos," afirmó con firmeza.
Mientras tanto, las cifras oficiales de ICE, publicadas en su cuenta de X (anteriormente Twitter), indicaban 864 arrestos el viernes. El gobernador de Texas, Greg Abbott, en su discurso anual sobre el Estado del Estado, reiteró su apoyo a la postura de la administración en materia de inmigración, ordenando a las agencias estatales colaborar en los esfuerzos de arresto y deportación. Sus palabras, un contrapunto a las voces de los manifestantes, dibujan un panorama complejo donde la tensión social se percibe latente.
El fin de semana dejó un rastro de manifestaciones en el norte de Texas, un mosaico de historias individuales que se entrelazan para conformar un reclamo colectivo por la justicia y la dignidad humana.