Las primeras investigaciones indican que el agresor, quien se encuentra entre los fallecidos, actuó solo y no tenía vínculos conocidos con pandillas ni motivos relacionados con el terrorismo. Testigos relataron sonidos aterradores que sacudieron los pasillos del Campus Risbergska, una escuela para adultos donde se encontraban también otras escuelas para niños. "Escuchamos tres disparos y fuertes gritos", dijo un testigo atrapado en un aula.
La cifra exacta de víctimas aún se desconoce, pero las autoridades confirmaron el traslado de seis personas al hospital, cinco con heridas de bala. La escuela tenía una asistencia inusualmente baja debido a un examen nacional reciente.
El primer ministro Ulf Kristersson expresó sus condolencias a las víctimas y familias, condenando la "brutal y mortal violencia contra personas completamente inocentes". El ministro de Justicia, Gunnar Strömmer, calificó el incidente como una "tragedia indeciblemente triste".
La policía continúa investigando varias direcciones en Örebro y el lugar del crimen permanece acordonado. El público ha sido instado a evitar el área y las autoridades advierten que "el peligro aún no ha pasado".