Un jurado en Los Ángeles declaró culpable a David Pearce, de 42 años, de dos cargos de asesinato y siete cargos de agresión sexual. La condena se relaciona con la muerte de Christy Giles y Hilda Marcela Cabrales-Arzola, ocurrida en noviembre de 2021. Pearce enfrenta cadena perpetua.
La fiscalía argumentó que Pearce proporcionó a Giles y Arzola las drogas que causaron sus muertes por sobredosis. Se alegó que, tras el desmayo de ambas mujeres en su apartamento en Olympic Boulevard, Pearce las abandonó, con un intervalo de dos horas, en diferentes hospitales. Giles, de 24 años, fue encontrada sin vida en un hospital de Culver City por sobredosis de fentanilo y cocaína. Arzola, de 26 años, falleció 11 días después de ser ingresada en un hospital del oeste de Los Ángeles, a causa de intoxicación por cocaína y fallo orgánico.
Ambas mujeres eran amigas y habían salido juntas la noche de los hechos. Tras el arresto de Pearce, al menos una docena de mujeres presentaron acusaciones de agresión sexual en su contra, alegando que las invitaba a su apartamento bajo falsas promesas y que luego las agredía tras haberles dado una bebida.
El compañero de habitación de Pearce, Brandt Osborn, fue acusado de complicidad en los asesinatos y obstrucción de la justicia. Sin embargo, el jurado no llegó a un veredicto sobre los cargos en su contra. Michael Ansbach, un tercer individuo arrestado en relación con el caso, testificó como testigo de la acusación. Ansbach declaró haber consumido la misma cocaína que Giles y Arzola y haber sufrido una grave intoxicación. Según su testimonio, Pearce mostró poca preocupación por las mujeres y expresó la frase “Las chicas muertas no hablan”, una declaración que impactó significativamente al testigo.
Pearce, quien se declaró inocente, testificó en su propia defensa. Afirmó haber consumido grandes cantidades de drogas en ese período y que era común que personas se desmayaran en su apartamento durante las fiestas. Negó haberles suministrado las drogas a Giles y Arzola y aseguró no haber estado presente cuando estas las consumieron.
La sentencia de Pearce está programada para marzo. Se enfrenta a una condena de cadena perpetua.