La Misión Internacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), financiada con contribuciones voluntarias, ha enfrentado dificultades para restablecer el orden en Haití, azotada por bandas armadas. Ahora, con la suspensión de los fondos estadounidenses, la misión enfrenta nuevos desafíos para mantener la seguridad.
La alianza de poderosas bandas, equipadas con armas traficadas desde Estados Unidos, ha establecido un fuerte control sobre la capital, extendiéndose a las áreas circundantes. Esta situación ha generado gran preocupación entre los habitantes, que temen por su seguridad.A pesar de las reservas de fondos en un fideicomiso de la ONU, el secretario principal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Kenia reconoce que la congelación podría afectar las operaciones de la MSS hasta septiembre.
Sin embargo, expresa optimismo de que la misión eventualmente se transforme en una operación de mantenimiento de la paz de la ONU, lo que garantizaría financiación directa.Mientras tanto, el futuro de la ayuda exterior de Estados Unidos sigue siendo incierto.
El gobierno de Trump ha señalado la posibilidad de liquidar la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), una medida que podría tener un impacto significativo en los esfuerzos de asistencia internacional.