Bloqueo judicial a despidos masivos de funcionarios federales

El epicentro de esta situación se centra en una orden ejecutiva de la administración Trump que proponía un plan de salida para aproximadamente dos millones de empleados federales. Estos funcionarios se enfrentaban a una disyuntiva: renunciar voluntariamente a cambio de ocho meses de salario como indemnización o arriesgarse a un despido inmediato.
Sin embargo, este plan, ya había provocado la aceptación de más de 60,000 renuncias (aproximadamente el 3% de la fuerza laboral federal), ha encontrado un obstáculo inesperado.
Un juez federal de Massachusetts, el juez George O'Toole, intervino suspendiendo la fecha límite inicial para las renuncias. La decisión, tomada tras una breve audiencia en Boston, se tomó después de una demanda interpuesta por un grupo de sindicatos que representaban a los trabajadores federales, argumentando "falta de información básica" en la oferta de renuncia. Esta suspensión aplaza la fecha límite hasta al menos una nueva audiencia programada para el lunes.
El impacto de esta decisión se extiende a diversas agencias. La Asociación Estadounidense del Servicio Exterior (AFSA), por ejemplo, anticipa una reducción drástica de su personal, pasando de más de 10,000 empleados a menos de 300. "Vamos a tener que dejar de distribuir ayuda alimentaria" en todo el mundo, advirtió Randy Chester, vicepresidente del sindicato.
La incertidumbre se extiende más allá de las simples renuncias. Se han reportado intentos de acceso a sistemas de pagos del Departamento del Tesoro, incluso involucran a colaboradores de Musk, generando un gran revuelo. La situación se complica con reportes de The New York Times sobre una lista de oficiales de menor rango de la CIA, transmitida a través de un correo electrónico no clasificado, lo que plantea preocupaciones sobre la seguridad de la información.
Los empleados afectados se enfrentan a una situación compleja: la legalidad de la propuesta de Trump es cuestionable, y la incertidumbre sobre el cumplimiento de las condiciones ofrecidas agrega una capa extra de complejidad. Mientras algunos, siguiendo las palabras de Musk, lo ven como una oportunidad para "tomar vacaciones" o simplemente relajarse, los sindicatos advierten sobre la posible invalidez de los acuerdos sin la aprobación del Congreso sobre el uso de fondos federales.
La situación se describe como un ambiente de "pánico" según declaraciones anónimas de un empleado de la Oficina de Administración de Personal de Estados Unidos a la AFP, donde se destaca la influencia de equipos cercanos a Musk en puestos clave.