Texas debate: fin del horario de verano o cambio permanente
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El debate sobre el horario de verano está de nuevo en la mesa legislativa texana. No se trata simplemente de ajustar la hora, sino de una lucha por la salud, la productividad, y la estabilidad de los ritmos circadianos.
Diversos proyectos de ley, presentados por miembros de la Cámara de Representantes y el Senado, buscan poner fin a la tradición del cambio horario bianual. La mayoría apuesta por adoptar el horario de verano de manera permanente. Sin embargo, la Senadora estatal Judith Zaffirini, demócrata de Laredo, propone una alternativa audaz: adoptar el horario estándar durante todo el año. Su “proyecto de ley SB 64 garantiza que tengan voz y voto a la hora de decidir el enfoque que Texas adoptará en el futuro y brinda estabilidad a largo plazo”, afirma la senadora.
Este enfoque difiere del presentado el año pasado por el representante Will Metcalf, republicano de Conroe, quien abogó por el horario de verano permanente con su “HB 1393, demostrando liderazgo y enviando un mensaje contundente de que los tejanos están listos para seguir adelante”. Aunque obtuvo apoyo bipartidista, el proyecto se estancó en el Senado. Metcalf ha presentado nuevamente una propuesta similar en esta sesión legislativa.
La decisión no es trivial. La Ley de Horario Uniforme permite a los estados optar por el horario estándar permanente, pero si eligen el horario de verano, deben apegarse a las fechas federales. Sin embargo, este panorama podría cambiar. Senadores estadounidenses están impulsando la Ley de Protección del Sol, que haría del horario de verano la norma nacional permanente.
La división en la opinión pública es palpable. Mientras que algunos prefieren más luz solar en las tardes, otros priorizan la alineación con los ritmos naturales del cuerpo. Expertos como el Dr. David J. Earnest de la Facultad de Medicina de Texas A&M, enfatizan que “el factor clave es que sea cual sea el horario en el que te encuentres, sea regular día a día, semana a semana, mes a mes y, preferiblemente, a lo largo del año”. Los estudios vinculan los cambios horarios con un aumento de accidentes de tráfico, problemas cardíacos, e incluso trastornos del estado de ánimo.
Los argumentos a favor y en contra se enfrentan en un debate que trasciende la simple cuestión horaria, llegando al corazón de la salud y el bienestar de la población texana. La resolución final, un reflejo de las complejidades de la vida moderna y las prioridades de una sociedad en constante evolución.