Desmantelamiento de la USAID: ¿Un obstáculo para la política migratoria de Trump?
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En el epicentro de esta inquietud se encuentra la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La posibilidad de su desmantelamiento, impulsada por la administración Trump, ha generado un debate acalorado. ¿El motivo? La política migratoria de la Casa Blanca, enfocada en la reducción de la inmigración a través de la deportación, parece estar en curso de colisión con las consecuencias imprevistas de la eliminación de la USAID.
El impacto se vislumbra con claridad en países como Colombia. Más de dos millones de venezolanos han encontrado refugio allí, huyendo de la profunda crisis económica y política de su país. "La suspensión de la ayuda ha dejado a miles de inmigrantes venezolanos en Colombia sin acceso a programas de capacitación y asistencia", advierten organizaciones humanitarias. La USAID ha financiado proyectos clave para la integración laboral de estos migrantes; su eliminación podría desatar una nueva oleada migratoria hacia Estados Unidos, generando un efecto completamente contrario al deseado.
La situación se repite en otros países de la región. En Haití, sumido en la violencia y la pobreza, la USAID ha apoyado iniciativas agrícolas vitales para comunidades vulnerables. La interrupción de estos programas, señalan expertos, podría empujar a más haitianos a buscar mejores oportunidades en el extranjero.
Similarmente, en países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), la USAID ha invertido en programas de prevención de la violencia juvenil y apoyo a familias afectadas por la extorsión. La eliminación de estas iniciativas podría debilitar la lucha contra las causas profundas de la migración irregular.
La administración Trump argumenta que estos programas de la USAID presentan una "agenda política progresista" y están plagados de "despilfarro". Sin embargo, el impacto del potencial cierre de la USAID es tema de intenso debate, con miles de empleados de la agencia en todo el mundo afectados por la incertidumbre generada por las decisiones tomadas en Washington.
Mientras tanto, la continuidad de algunos programas esenciales de la USAID ha sido autorizada, pero con importantes restricciones. El proceso de desmantelamiento, descrito por algunos como "caótico y abrupto," deja un panorama incierto para las organizaciones humanitarias y los beneficiarios de sus programas en América Latina y el Caribe.