Juez convoca audiencia urgente tras decisión del Departamento de Justicia sobre el alcalde Adams
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El centro de la tormenta: Eric Adams, el alcalde de Nueva York, envuelto en un caso de corrupción que ha sacudido los cimientos del poder. Cinco cargos: financiación ilegal de campaña y sobornos. Acusaciones graves que podrían sepultar su carrera política. Pero la historia da un giro inesperado.
El Departamento de Justicia, bajo la administración Trump, ha ordenado el abandono de los cargos contra Adams. Una decisión sorprendente que ha generado una ola de indignación y protestas. Siete fiscales, entre ellos varios del Tribunal Federal Sur de Nueva York y de Washington, han renunciado a sus puestos en señal de protesta, rechazando lo que consideran una injerencia inaceptable en el proceso judicial. "Una clara obstrucción a la justicia," susurran algunos en los pasillos del poder.
El juez federal Dale Ho, encargado del caso, no se queda de brazos cruzados. Convocó al Departamento de Justicia a una audiencia urgente para que explique esta drástica decisión. La cita: miércoles a las 2 PM (hora local). Emil Bove, número dos del Departamento de Justicia y antiguo abogado de Trump, fue el encargado de transmitir la orden que desató el caos. Se espera también la presencia del alcalde Adams en la audiencia.
La presión sobre Adams aumenta. El Consejo Municipal, a través de su presidenta Adrienne Adams, ha emitido un comunicado exigiendo su renuncia. "Debe dar un paso al lado y dimitir," señala el comunicado. Cuatro de sus principales asesores ya han renunciado. La gobernadora Kathy Hochul, con el poder de destituirlo, se reúne con altos funcionarios para evaluar la situación. "Las acusaciones contra el Ayuntamiento en las últimas dos semanas son preocupantes y no pueden ser ignoradas," declaró Hochul.
Incluso dentro del Departamento de Justicia, la situación es tensa. Denise Cheung, fiscal de la sección penal, renunció el lunes, según reveló el New York Times. La relación entre esta renuncia y las demás dimisiones aún no está completamente clara, pero la especulación crece.
La ciudad espera, con el aliento contenido, el desenlace de esta crisis política que ha dejado a Nueva York en vilo, un escenario digno de una película de suspenso.