Legisladores afroamericanos defienden al alcalde Adams y critican posible destitución
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La gobernadora Kathy Hochul se encuentra en una encrucijada. Tras la renuncia de varios fiscales, luego de órdenes del Departamento de Justicia de Donald Trump, se han destapado acusaciones de corrupción contra el alcalde Eric Adams, que presuntamente negoció un aumento en la vigilancia inmigratoria a cambio de que se retiraran los cargos en su contra. Esto ha generado un terremoto político. "El supuesto comportamiento en el Ayuntamiento, reportado en las últimas dos semanas, es preocupante y no puede ser ignorado", declaró Hochul en un comunicado.
Sin embargo, un grupo de ocho legisladores negros, entre ellos cinco miembros de la Asamblea y tres senadores estatales, han salido en defensa de Adams. En una carta dirigida a Hochul, expresaron su fuerte oposición a su destitución. "Como legisladores negros, hemos visto esto una y otra vez: doble rasero y procesos injustos contra nuestros líderes. Si se toma una medida contra el alcalde sin una razón legal justificable, nuestras comunidades nunca lo olvidarán", advirtieron.
Los legisladores argumentan que no existe una razón constitucional para remover a Adams del cargo y abogan por dejar que los votantes decidan su futuro político en las elecciones de junio. "Para que Nueva York siga adelante, abogamos firmemente por permitir que el alcalde permanezca al mando. La ciudad de Nueva York, los trabajadores y las comunidades de color están mucho mejor con la consistencia del alcalde en funciones", se lee en la misiva.
Mientras tanto, los abogados de Adams comparecerán ante el tribunal el miércoles para argumentar por el despido de los cargos de corrupción. El juez federal de segundo año en Manhattan, Dale E. Ho, será quien tome la decisión final. Hochul, por su parte, se reunió el martes con "líderes clave" para discutir "el camino a seguir". Por otro lado, Adams, en declaraciones durante el fin de semana, aseguró: "Los más santificados entre nosotros me piden que renuncie... No voy a renunciar, voy a dar un paso adelante".
El futuro de Adams pende de un hilo, mientras la gobernadora Hochul sopesa una decisión sin precedentes en la historia de Nueva York: remover a un alcalde elegido democráticamente. La situación mantiene en vilo a la ciudad que nunca duerme.