Peaje de congestión en NY: Trump revoca acuerdo, incertidumbre en la ciudad
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El epicentro de la controversia reside en el peaje de congestión de 9 dólares impuesto a los vehículos que ingresan a Manhattan por debajo de la calle 60. Implementado en enero de este año como una iniciativa para reducir el tráfico, mejorar la calidad del aire y financiar mejoras en el transporte público, el programa ha generado un debate acalorado desde su inicio.
Pero la historia da un vuelco. La administración del presidente Donald Trump, a través del secretario de Transporte, Sean Duffy, ha decidido intervenir. Según fuentes oficiales del Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT), se enviará una carta a la gobernadora Kathy Hochul para comunicar la rescisión del acuerdo que permitía la implementación del peaje.
El DOT argumenta que el programa excede los límites del Programa Piloto de Precios de Valor (VPPP), justificando su decisión en dos puntos clave: la falta de una opción gratuita para muchos conductores y el enfoque en la recaudación de ingresos para el transporte público, en lugar de la reducción de la congestión como objetivo principal.
“Como se detalla en la carta, el Secretario está terminando el piloto por dos razones… En primer lugar, el alcance… no ofrece una opción de peaje gratuito… En segundo lugar, la tarifa del peaje se estableció principalmente para recaudar ingresos para el transporte público…”, se lee en un comunicado del DOT.
Esta decisión no ha pasado desapercibida. Janno Lieber, presidente y director ejecutivo de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), ha expresado su desconcierto ante la situación, señalando que la medida se toma tras cuatro años de exhaustivos procesos de revisión ambiental y apenas tres meses después de la aprobación final del programa.
El impacto de esta decisión en la economía de Nueva York y en la financiación de las mejoras al transporte público, aún está por verse, generando incertidumbre entre los habitantes de la ciudad y los responsables de la administración pública.
La eliminación de la tarifa por congestión supone un cambio significativo en el panorama político y económico de la ciudad, un impacto de repercusiones aún inciertas.