Mega-refugio para migrantes en el Bronx genera controversia
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Nicol Matuz ScottLa noticia es el reciente cambio de uso de ese almacén en un refugio para hombres migrantes, con capacidad para 2,200 personas. Ubicado en la calle Este 141, número 825, abrió sus puertas el pasado sábado, desencadenando un torbellino de opiniones en la comunidad.
Según Fox News, la indignación es palpable. Judy Kudlow, una artista que dirige una escuela de arte justo enfrente, expresó su temor: “Estoy aterrada por mí, por mis estudiantes. Tendré que irme… Han cometido un error terrible”. Sus preocupaciones, lejos de ser aisladas, reflejan un sentimiento compartido por muchos residentes.
Las críticas no se limitan a los vecinos. Vanessa Gibson, presidenta del condado del Bronx, cuestionó la falta de consulta previa, sugiriendo que el espacio podría haberse destinado a una fábrica, generando más de 2,000 empleos para la comunidad. Similarmente, el congresista demócrata Ritchie Torres, criticó la decisión de la administración de Eric Adams, calificando el Bronx como "un vertedero" para los migrantes.
Sin embargo, no todos comparten la misma perspectiva. La concejala demócrata Diana Ayala defendió la apertura del refugio, argumentando que la ciudad tiene la obligación legal de brindar albergue. “Tienen que ponerlos en algún lugar”, afirmó.
El financiamiento del refugio, proveniente de fondos públicos, también está bajo escrutinio. Tyreek Goodman, del Partido Conservador del Bronx, cuestionó la prioridad, argumentando que los recursos deberían destinarse a los residentes locales que enfrentan dificultades económicas. Su propuesta alternativa: utilizar el edificio para apoyar a jóvenes, ancianos, veteranos y personas sin hogar.
Este nuevo refugio emerge en un contexto de cierre de otros centros, como el Hotel Roosevelt en Manhattan, que albergó a más de 173,000 migrantes desde mayo de 2023. Su cierre, según el alcalde Adams, busca reducir costos. La ciudad, que recibió más de 232,000 migrantes desde 2022, actualmente atiende a menos de 45,000.
El edificio es propiedad de SoBro Local Development Corporation, una organización sin fines de lucro dedicada al desarrollo económico y social del Bronx. A pesar de la polémica, la situación sigue en desarrollo, dejando al descubierto las complejidades de la crisis migratoria y las tensiones inherentes a la gestión de recursos públicos en un contexto de alta demanda.
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