Filtraciones en ICE: Noem implementa pruebas de polígrafo tras bajas en detenciones

Recientemente, la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha tomado medidas drásticas ante las bajas cifras de detenciones reportadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Según declaraciones de Noem, estas cifras, inferiores a las proyecciones y a las expectativas de la administración, son atribuidas a filtraciones de información que han puesto en peligro varias operaciones en estados como California y Colorado. “Hemos identificado a dos filtradores… poniendo en peligro la vida de las fuerzas del orden,” anunció Noem en un video publicado en X.
Para frenar estas filtraciones, el Departamento de Seguridad Nacional ha implementado un nuevo protocolo: la aplicación de pruebas de polígrafo a sus empleados. Si bien el uso del polígrafo no es nuevo en la agencia, su aplicación específica para investigar las filtraciones de información sensible sobre las redadas migratorias sí lo es. Se estima que estas pruebas se realizan desde hace al menos tres semanas, según reportó la cadena CBS, siguiendo una directiva interna emitida a mediados de febrero por la Secretaria Noem, que incluye preguntas específicas sobre comunicaciones no autorizadas con medios de comunicación y organizaciones sin fines de lucro.
El impacto de estas filtraciones es significativo. Un documento interno filtrado a principios del mes pasado alertaba sobre operaciones migratorias “a gran escala” en Los Ángeles, lo que provocó movilizaciones y alertas a la comunidad inmigrante. Un incidente similar ocurrió en enero en Colorado, resultando en el aplazamiento de las redadas.
La situación ha llevado a un cambio de mando en el ICE. Caleb Vitello, director interino del ICE, fue reasignado tras las quejas de funcionarios de la Casa Blanca por el bajo número de detenciones. Su lugar lo ocupa ahora Todd Lyons, ex director asistente de operaciones de campo del ICE, junto a la nueva subdirectora, Madison Sheahan. Según Noem, estos nombramientos buscan restablecer “una cultura de rendición de cuentas” dentro de la agencia.
Los dos funcionarios implicados en las filtraciones podrían enfrentar hasta 10 años de prisión federal, según la Secretaria Noem. La situación deja abierta la interrogante sobre el alcance de las investigaciones y el número total de empleados sometidos a las pruebas de polígrafo.