Ecuador: Fracasa mega-acuerdo petrolero en el campo Sacha

El centro de la controversia es el campo petrolero Sacha, el más grande de Ecuador, con una producción diaria de más de 77,000 barriles, equivalente a una quinta parte de la producción nacional. Este yacimiento, con más de medio siglo de explotación y una infraestructura al límite de su vida útil según la Ministra de Energía, Inés Manzano, estaba en la mira de un consorcio conformado por Amodaimi Oil Company S.L. (filial de la china Sinopec) y Petrolia Ecuador (filial de la canadiense New Stratus Energy).
El acuerdo preliminar estipulaba la administración del campo por 20 años a cambio de un bono inicial de 1,500 millones de dólares. Sin embargo, y a pesar de que el gobierno ecuatoriano adjudicó el campo sin licitación pública, generando protestas de grupos sociales y políticos, la transacción se vino abajo. Según la Ministra Manzano, “El plazo era hasta las 9 de la noche, a las nueve y un minuto no hubo el tema de la prima. No hay nada más que hablar, sencillamente el plazo se les venció.”
La falta de pago del anticipo, que debía haberse realizado el martes 11 de marzo a las 9:00 p.m., se convirtió en el detonante oficial para la terminación del acuerdo. Pero analistas como Pablo Dávalos, catedrático de la Universidad Católica de Quito, sugieren que la presión social, en medio de la campaña electoral presidencial y la cercanía de la segunda vuelta entre Guillermo Lasso y Luisa González, jugó un papel crucial en la decisión. Dávalos afirma que la falta de pago sirvió como “una puerta trasera para una salida digna a un problema que le estaba generando un desgaste muy fuerte al presidente.”
El campo Sacha, ubicado en la provincia de Orellana, posee reservas probadas de 367 millones de barriles de petróleo y 96 millones de pies cúbicos de gas. Su concesión, justificada por el gobierno bajo la ley de hidrocarburos, ha sido objeto de críticas por la ausencia de un proceso competitivo. El gobierno anterior, bajo diferentes administraciones, había intentado sin éxito la concesión del campo a empresas privadas.
Más allá del aspecto económico, la situación plantea interrogantes sobre la influencia geopolítica y el rol de China en la región. La decisión del gobierno ecuatoriano, aunque justificada por la falta de pago, revela una compleja interacción entre factores políticos internos y las relaciones internacionales del país.
El gobierno justificó la adjudicación inicial argumentando que cumplía con mandatos constitucionales y con la ley de hidrocarburos, que permite la delegación excepcional de exploración y explotación petrolera. Sin embargo, la rapidez del proceso y la falta de una licitación generaron controversia.
La producción de crudo del campo Sacha, considerado liviano y de alta calidad, se realiza a través de 50 pozos distribuidos en una superficie de 355 kilómetros cuadrados. Su importancia en la economía ecuatoriana, que cerró el año pasado con una producción total inferior a los 477,000 barriles, es innegable.