ICE detiene a abuelos; familias devastadas

El corazón de la historia reside en Gladys y Nelson González, una pareja colombiana que llegó a Estados Unidos hace 35 años, sin papeles, en busca de un futuro mejor. Criaron a sus tres hijas, Gabby, Stephanie y una tercera hermana que prefirió mantenerse en el anonimato, en este país que ahora se les presenta como un laberinto de leyes y procedimientos. Construyeron una vida, una familia, una red de apoyo que se desmorona ante la inesperada detención de sus padres.
“Nunca piensas que te podría pasar a ti y que me arrebataron a mis padres de esa manera”, confiesa Gabby, la voz entrecortada por el dolor. La cita rutinaria con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), un trámite que creían habitual, se convirtió en una pesadilla. “Ni siquiera sabía que tenían la cita y ni siquiera me despedí de mi papá esa mañana. No pude despedirme de ellos.”
La detención, según relatan las hermanas, fue abrupta y fría. “Los esposaron por las muñecas y los tobillos y los trataron como delincuentes antes de llegar a estos centros de detención”, explica Stephanie, describiendo una escena que contrasta con la imagen de una familia que se presenta regularmente ante las autoridades, cumpliendo con todos los requisitos legales. La familia se pregunta: ¿Cuál fue la razón de la detención, después de años de presentaciones regulares?
El traslado a centros de detención, primero en Adelanto, California, y luego a una instalación en Arizona, ha sido una odisea. “Nos llamó y nos dijo que estaba en Arizona, donde también está mi papá”, relata Gabby, “Su voz sonaba un poco apagada porque fue una experiencia traumática.” La incertidumbre sobre el futuro de sus padres planea como una sombra sobre la vida de las hermanas, quienes confían en su fe y en el apoyo de su comunidad mientras aguardan una resolución.
La historia de la familia González no es un caso aislado. Representa la realidad de miles de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, familias que viven con el miedo constante a la separación y la deportación. La lucha por la permanencia en el país que adoptaron como hogar, una lucha que se libra día a día, con la esperanza de un desenlace favorable.