Estafa telefónica con IA: Abuelos, víctimas de voces clonadas

El FBI emitió una alerta recientemente, revelando que en 2023 más de 200 adultos mayores en Estados Unidos fueron víctimas de estafas telefónicas, con pérdidas que superan los 2 millones de dólares. No se trata de cualquier estafa; la tecnología ha dado un giro siniestro a este delito.
La clave está en la inteligencia artificial (IA). Criminales utilizan "tecnología deepfake" para clonar las voces de nietos, hijas o hijos, creando una llamada tan real que resulta prácticamente imposible de detectar. ¿Cómo funciona? La llamada comienza con una supuesta emergencia: un accidente automovilístico, un arresto, un problema legal urgente… El "familiar" en apuros suplica ayuda financiera, instando a la víctima a actuar con rapidez y secreto. Se pide dinero en efectivo, criptomonedas o mediante tarjetas de regalo, vías difíciles de rastrear.
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) reporta que los estafadores suelen obtener información personal de las redes sociales o círculos familiares para crear una historia convincente. La National Cybersecurity Alliance enfatiza que el factor clave es el apuro y la manipulación emocional. La víctima se ve presionada a actuar antes de pensar con claridad.
La IA eleva la estafa a un nuevo nivel de sofisticación. Ya no se trata solo de una voz disimulada; es la voz de un ser querido, clonada con una precisión aterradora. Aunque hay señales que pueden indicar un fraude –errores sutiles en el tono o ritmo de la voz–, la situación de urgencia nubla el juicio de la víctima.
¿Por qué los abuelos son el objetivo principal? Su menor familiaridad con la tecnología y su predisposición a ayudar a sus seres queridos los convierten en blancos fáciles. La presión emocional y el miedo a meterse en problemas impiden que muchos consulten con otros antes de actuar. El secreto se convierte en un arma poderosa en manos de los estafadores.
La película Thelma muestra una escena similar a estas estafas, donde la protagonista recibe una llamada que le solicita 10,000 dólares para una fianza. La realidad, sin embargo, es mucho más compleja y devastadora para quienes la padecen. Más allá de las cifras, estas estafas representan una vulneración de la confianza y la seguridad de las personas mayores, un sector de la población que merece especial protección.