40 Millones en Investigación LGBTQ+ Cancelados por la administración Trump

El foco de atención se centra en la administración Trump y sus decisiones en materia de financiamiento científico. Al menos 68 subvenciones, por un valor cercano a los 40 millones de dólares, fueron canceladas. Estas subvenciones, otorgadas por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), pertenecientes al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), apoyaban investigaciones cruciales en diferentes áreas.
El impacto directo recae sobre estudios relacionados con la salud de la comunidad LGBTQ+. Se trata de proyectos que investigaban desde la prevención del VIH hasta el cáncer, pasando por temas cruciales como el suicidio juvenil y la salud ósea en este sector de la población. "Es la pérdida de toda una generación de ciencia," señaló Simon Rosser, investigador de la Universidad de Minnesota, cuyos proyectos fueron afectados.
Una de las investigaciones afectadas, liderada por Tara McKay en la Universidad de Vanderbilt, seguía la salud de más de 1200 personas LGBTQ+ mayores de 50 años. Aunque la mayor parte del financiamiento ya se había utilizado, la cancelación de la renovación pone en riesgo la continuidad de este proyecto, que ya había generado “dos docenas de artículos publicados, incluyendo trabajos utilizados para capacitar a médicos para brindar mejor atención a personas LGBTQ”, afirma McKay. La justificación oficial dada por el vocero del HHS, Andrew Nixon, apunta a "restaurar nuestras agencias a su tradición de mantener un estándar de oro, basado en evidencia científica".
Las razones oficiales para las cancelaciones citadas en las cartas de rescisión, vistas por The Associated Press, incluyen argumentos como que la investigación era "no científica" o "no hacía nada para mejorar la salud de muchos estadunidenses". Esta última afirmación ha generado una fuerte controversia, al considerar que la comunidad LGBTQ+ forma parte integral de la población estadounidense. La cancelación de estas subvenciones no solo pone en riesgo avances científicos vitales, sino que también genera incertidumbre laboral para jóvenes investigadores y frena el progreso en la comprensión y atención de la salud de un sector poblacional específico.
El impacto de esta decisión se extiende más allá de las cifras económicas, afectando directamente la calidad de vida y el acceso a la atención médica para una parte significativa de la población. Se espera un análisis profundo de las consecuencias a largo plazo de estas cancelaciones, sus repercusiones en la investigación y, sobre todo, en las personas que dependían directamente de estos estudios para su bienestar.