Trump y el Papa Francisco: una relación compleja en duelo papal

Sin embargo, la relación entre ambos líderes, lejos de ser una historia de armonía constante, ha estado salpicada de momentos tensos, especialmente en torno a las políticas migratorias. Recuérdese la polémica de 2016, durante la campaña presidencial estadounidense. “Levantar muros no es cristiano”, declaró el Papa Francisco, en respuesta a las propuestas de Donald Trump sobre la construcción de un muro fronterizo con México. Una declaración que generó la inmediata respuesta de Trump, calificándola de “vergonzosa” y recordando la altura de las murallas vaticanas. A pesar de estas declaraciones iniciales, Trump posteriormente calificó al Pontífice como “un tipo maravilloso”.
La llegada de Trump a la presidencia en 2017 trajo consigo una breve etapa de cordialidad. Un encuentro en el Vaticano, descrito por Trump como “un honor”, y un mensaje inicial del Papa Francisco felicitándolo y animándolo a la protección de la dignidad humana, parecían indicar un cambio de rumbo. Incluso, en 2019, el Papa pareció elogiar, sin nombrarlo directamente, el acercamiento entre Trump y Kim Jong-un en Corea, considerándolo “un buen ejemplo de la cultura del encuentro”.
Pero la aparente tregua fue efímera. Durante la segunda presidencia de Trump, las divergencias volvieron a la superficie. Las políticas migratorias de Trump, y en particular, el plan de deportaciones masivas, fueron objeto de fuertes críticas por parte del Papa Francisco. En enero de 2024, el Papa calificó el plan como “una desgracia” que “hará pagar la cuenta del desequilibrio a los pobres desgraciados que no tienen nada”. Una carta posterior a los obispos de EE. UU. reforzó su postura contra las deportaciones, instando a no ceder ante “narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados”. La Casa Blanca, a través de Tom Homan, asesor en seguridad fronteriza, respondió con un llamado al Papa a enfocarse en asuntos internos de la Iglesia.
De forma significativa, el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, fue el último líder internacional en visitar al Papa Francisco en el Vaticano, justo antes de su muerte. Las palabras de Vance reflejan la admiración hacia el Papa, recordándolo por “la homilía que dio en los primeros días del COVID-19. Fue realmente hermosa”.