Estados Unidos endurece castigos para inmigrantes indocumentados

En un mensaje grabado desde el Despacho Oval, el Presidente Donald Trump anunció una nueva ofensiva contra la inmigración indocumentada. La medida, que entra en vigor de inmediato, se centra en un programa de "autodeportación" incentivado con varias acciones, pero con consecuencias severas para quienes no participen.
Según el comunicado presidencial, los inmigrantes indocumentados que decidan permanecer en Estados Unidos enfrentarán “duros castigos: tiempo significativo en prisión, enormes multas, confiscación de sus propiedades, embargo de sus sueldos y deportaciones sorpresa.” Este anuncio se acompaña de la firma de una orden ejecutiva que detalla el funcionamiento del programa.
Para facilitar la salida del país, el gobierno ha habilitado la aplicación CBP Home. Esta aplicación, en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), brinda asistencia para el retorno voluntario a sus países de origen, sin costo alguno para los inmigrantes.
Pero la estrategia del gobierno va más allá de la ayuda a la partida. El presidente Trump ha afirmado que se creará un “servicio de conserje” para ayudar a los indocumentados a conseguir vuelos de regreso a sus lugares de origen, sin necesidad de documentación, además de ofrecer un "bono de salida", aunque no se han especificado los montos. Previamente se rumoreó en la prensa la posibilidad de un bono de mil dólares.
El gobierno asegura que este plan permitirá un ahorro significativo, "billones de dólares" en servicios de salud, educación y programas sociales. Sin embargo, la medida también incluye un plazo límite. Dentro de 60 días, los inmigrantes que no se hayan acogido al programa de autodeportación se enfrentarán a una "campaña intensiva" de deportaciones. Para ello, el Departamento de Seguridad Interior contratará a 20,000 agentes federales para llevar a cabo estas expulsiones.
El presidente Trump justificó estas medidas argumentando que la administración anterior dejó al país bajo una “invasión de extranjeros” que provocó un aumento del “crimen, vagancia, violencia y muerte”. Las declaraciones del presidente han generado un amplio debate sobre la efectividad y la ética de estas políticas, impactando las vidas de miles de inmigrantes en Estados Unidos.