Un reporte de Amnistía Internacional, titulado “Deshumanizados por diseño: violaciones de derechos humanos en El Paso”, ha sacudido a la opinión pública. La investigación, llevada a cabo el mes pasado en el centro de detención del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en El Paso, Texas, detalla hallazgos preocupantes.
El estudio se basa en entrevistas con 27 inmigrantes detenidos, además de líderes de organizaciones legales y humanitarias locales. Las declaraciones recogidas revelan un patrón de violaciones generalizadas de derechos humanos. No se trata de casos aislados, sino de una problemática sistémica.
Entre las denuncias más graves, destacan:
- Arrestos arbitrarios: Muchos inmigrantes, incluso aquellos con sólidas solicitudes de asilo o residencia permanente, fueron detenidos sin justificación.
- Falta de acceso a la justicia: Se les negó sistemáticamente el acceso a asistencia legal y la comunicación con sus familias.
- Maltrato sistemático: Los testimonios recogidos apuntan a un trato inhumano, con casos específicos de inmigrantes venezolanos etiquetados como pandilleros sin evidencia, solo por su nacionalidad o apariencia.
- Condiciones inhumanas de detención: El informe describe hacinamiento, instalaciones insalubres, atención médica deficiente y comida en mal estado.
Estas revelaciones ocurren en un contexto de creciente preocupación por las condiciones en los centros de detención de ICE. De hecho, la semana pasada, tres congresistas demócratas y el alcalde de Newark,
Ras Baraka, fueron arrestados durante una protesta contra un centro de detención en esa ciudad. A esto se suma la reciente declaración del director interino de ICE,
Todd Lyons, ante el Congreso, donde admitió la muerte de
nueve personas bajo custodia de la agencia.
La situación descrita en el informe de Amnistía Internacional pone de manifiesto la necesidad de una investigación exhaustiva y acciones contundentes para garantizar el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes.
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