Detenciones ICE en Nueva York: la promesa rota de 'ciudad santuario'

En medio de ese ambiente, Orleynis Salas, una mujer venezolana de 29 años, luchaba contra las lágrimas. Su esposo, Jameson Arias, de 30 años, había sido detenido por agentes del ICE. La pareja, junto a sus hijos, había construido una vida en el Alto Manhattan; él trabajando como agente de seguridad, ella como limpiadora. Su cotidianidad se desmoronó en un instante.
El arresto ocurrió el 26 de mayo, durante una visita familiar al Homeport Pier en Staten Island. Una inocente selfie, con el telón de fondo de un barco de la Armada estadounidense, se convertiría en un recuerdo imborrable y una prueba involuntaria de su presencia ese día. “Nos pidieron nuestros ID, mi esposo presentó su licencia y yo mi Real ID. No pensamos que había problemas”, recuerda Orleynis con voz quebrada. Esa simple solicitud de identificación precedió a la detención de Jameson.
La familia Arias representa un caso dentro de una preocupante tendencia. Cientos de migrantes han sido detenidos en Nueva York, desafiando la imagen de "ciudad santuario". La colaboración entre el gobierno del alcalde Eric Adams y la administración anterior ha generado controversia. El cierre de albergues para migrantes y la cooperación con el DHS en redadas, como la de finales de abril que culminó con 206 arrestos, son ejemplos de esta colaboración.
La estrategia de arrestos incluso se ha extendido al interior de los juzgados. “Estas recientes detenciones del ICE demuestran una vez más el flagrante desprecio que esta agencia tiene hacia los inmigrantes y sus derechos”, afirma Natalia Aristizabal, subdirectora de Make the Road Nueva York. Se mencionan arrestos de un pastor, un estudiante venezolano y hasta ciudadanos estadounidenses que intentaron intervenir en las detenciones.
Según la abogada Liudmila Marcelo, muchos de los detenidos son migrantes con menos de dos años en el país, sin un caso de asilo fuerte. Un proceso de "deportación expedita" sigue a la desestimación de un cargo, con pocas oportunidades de defensa. La situación deja una sensación de vulnerabilidad: la promesa de seguridad dentro de una "ciudad santuario" se ha desvanecido para muchos.
El padre Fabián Arias, líder religioso argentino, guía una marcha silenciosa alrededor del Federal Plaza, simbolizando la lucha por la esperanza y el derecho a un proceso justo, repitiendo la historia bíblica de Jericó como metáfora de la situación actual.