Niña mexicana con enfermedad grave enfrenta deportación de Estados Unidos

El caso de Deysi Vargas y su hija de 4 años, cuyo nombre se omite para proteger su privacidad, es un ejemplo desgarrador de esta realidad. Su hija padece del síndrome de intestino corto, una condición que la mantiene conectada a un sistema de nutrición intravenosa a través de una mochila que lleva consigo. Esta pequeña, que ahora disfruta de ir al parque y al supermercado, estuvo previamente confinada a un hospital en México.
En 2023, la familia obtuvo un permiso humanitario, una “parole”, que les permitió cruzar la frontera y acceder al tratamiento médico especializado que su hija necesitaba en Estados Unidos. El tratamiento, no disponible en México, es esencial para su supervivencia. “Los doctores han dejado claro que ella moriría en cuestión de días sin este cuidado,” explicó Gina Amato, abogada de la familia y directora del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de Public Counsel.
Sin embargo, recientemente, la administración Trump revocó este permiso. Las notificaciones, recibidas en abril y mayo, ordenaron a la familia la autodeportación. Aunque un funcionario de Seguridad Nacional aclaró en un correo electrónico que la familia no está siendo deportada activamente y que una solicitud de parole más reciente, presentada hace dos semanas, aún se está considerando, la incertidumbre pesa sobre la familia Vargas.
Esta decisión ha generado indignación entre los abogados de la familia, quienes califican la situación como "una falla moral que viola los principios básicos de la humanidad y la decencia." Señalan que la niña no está lo suficientemente fuerte como para sobrevivir sin el tratamiento que recibe en Estados Unidos. La abogada Amato ha contactado a funcionarios del gobierno y a legisladores para buscar una solución.
Mientras tanto, Deysi Vargas lucha por mantener la esperanza y el ánimo de su hija. Observamos a la pequeña, sonriente y jugando con calcomanías mientras su madre habla con los reporteros. Es una imagen que contrasta con la gravedad de la situación, una imagen que refleja la fragilidad de la vida y la lucha incansable de una madre por proteger a su hija. El Children’s Hospital Los Angeles, donde la niña recibe atención, declinó hacer comentarios.