Mujer cubana denuncia brutalidad de la Patrulla Fronteriza en Texas

"Sentí que algo se rompía dentro de mí", relata la joven cubana de 28 años, mientras sostiene las radiografías que muestran el daño: fractura de fémur y tibia tras lo que describe como una paliza de agentes de la Patrulla Fronteriza.
El 2 de mayo, Laritza cruzó la frontera cerca de Reynosa, Tamaulipas. Según su testimonio grabado desde el centro de ICE, los eventos ocurrieron minutos después de entregarse:
El abogado Yandrey Rodríguez presentó una tercera solicitud de libertad bajo supervisión. Argumenta que el Reglamento de ICE (sección 236.1) permite liberar a detainees con condiciones médicas críticas. Sin embargo, la orden de deportación sigue vigente. "Intentaron expulsarla a Cuba con la pierna inmovilizada", denuncia Gerdis.
Un informe contradictorio de la Patrulla Fronteriza señala que la fractura ocurrió "durante intento de fuga". Mientras, Laritza acumula 86 días sin rehabilitación. Su caso coincide con un aumento del 37% en denuncias por uso excesivo de fuerza en la frontera sur, según datos del ACLU del primer semestre de 2025.
El silencio de ICE contrasta con las últimas palabras de Laritza antes de que restringieran sus llamadas en junio: "Solo quiero caminar otra vez". Sus uñas, pintadas de azul y blanco como la bandera cubana, se aferran al andador que no puede usar.