Agentes federales alteran el regreso a clases en Washington D.C.

"Me da un poco de miedo que me detengan", confesó una estudiante de 17 años a The Washington Post. Su testimonio refleja la angustia que viven cientos de niños que ahora ven su camino a la escuela como un terreno minado. Según datos del mismo medio, desde el 11 de agosto se han registrado 786 arrestos por parte del ICE, muchos de ellos en horarios clave: entre las 5 y 10 de la mañana, justo cuando los padres llevan a sus hijos a estudiar.
Las estrategias de supervivencia se multiplican:
Mientras Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, insiste en que "el DHS no realiza operaciones en centros educativos", las comunidades documentan casos de arrestos a menos de 300 metros de planteles. En Columbia Heights, los vecinos han convertido sus balcones en puestos de vigilancia improvisados. Cada mañana, observan quién llega a clases y quién desaparece en el camino.