Este jueves, en una ceremonia cargada de simbolismo en Nuuk, la primera ministra danesa Mette Frederiksen rompió el silencio oficial: "Solo hay una cosa correcta que deciros hoy: Perdón. Perdón por la injusticia cometida, por lo que os quitaron y por el dolor causado". Sus palabras resonaron frente a sobrevivientes que esperaron más de medio siglo por este reconocimiento.
Los documentos no mienten:
- 4,500 mujeres recibieron dispositivos intrauterinos o anticonceptivos hormonales
- Algunas tenían apenas 12 años al momento de las intervenciones
- El 68% de los casos registrados presentaron complicaciones físicas posteriores
Katrine Petersen tenía 13 años cuando le insertaron un DIU sin explicaciones.
"Por mi edad, no sabía qué hacer", confesó durante la ceremonia. Su testimonio se suma al de Britta Mortensen, quien describió el dolor físico y emocional de un procedimiento realizado cuando apenas era una adolescente.
La investigación conjunta entre la Universidad de Groenlandia y el Instituto Nacional de Salud Pública de Dinamarca reveló patrones sistemáticos:
- Ausencia de formularios de consentimiento en el 92% de los expedientes revisados
- Procedimientos realizados durante consultas médicas rutinarias
- Complicaciones reportadas incluyen infertilidad, dolor pélvico crónico y trastornos emocionales
Jens-Frederik Nielsen, presidente groenlandés, fue contundente:
"Una disculpa no significa aceptación. Estamos aquí precisamente porque no aceptamos lo ocurrido". Su discurso dejó claro que el trauma trasciende generaciones en una sociedad que aún carga con las consecuencias de políticas coloniales.
Más allá de los anticonceptivos forzados, el gobierno danés enfrenta ahora el desafío de abordar otras prácticas controvertidas:
- Programas de "reeducación" que separaron a niños inuit de sus familias
- Evaluaciones estatales que determinaban la idoneidad parental
- Falta de acceso a registros médicos completos hasta 2019
Mientras el fondo de
reconciliación comienza a tomar forma, mujeres como Naja Lyberth y Kirstine Berthelsen siguen buscando
justicia. Sus demandas contra el Estado danés podrían sentar un precedente histórico en casos de
violaciones sistemáticas de
derechos humanos. Lo que nadie discute ya es que, tras 60 años, la verdad finalmente salió a la luz.
Facebook
Whatsapp
Linkedin
Pinterest