La tarde del viernes, la calle Tapioca se convirtió en un río furibundo, dejando a su paso la desgarradora pérdida de un joven que apenas comenzaba a vivir.
La fuerza de la naturaleza fue implacable, arrebatando a Rafael Antonio de las manos de quienes intentaron auxiliarlo. El video del incidente, que circuló en redes sociales, muestra la desesperación y la impotencia ante la furia de la tormenta. La corriente, alimentada por una lluvia torrencial que alcanzó los 20 milímetros de acumulación, se desbordó, transformando las calles en torrentes embravecidos. Las autoridades de Protección Civil de Chihuahua confirmaron que el desbordamiento de un arroyo contribuyó al trágico desenlace.
En medio del luto, la memoria de Rafael Antonio permanece como un faro de esperanza, recordándonos que la vida es un regalo que debemos apreciar cada día.