La mujer, de apenas 23 años, había vivido momentos de terror, aterrorizada por la furia de su esposo, Azibem Armando Ch., de 29 años. El detonante, un simple favor: desechar el agua del baño de su bebé.
El escenario era la vivienda de la familia, ubicada en las calles Ocotlán y Jalostitlán. La pareja había estado en casa con su pequeño hijo cuando la mujer le pidió a su esposo que hiciera la tarea. La solicitud, en circunstancias normales, habría pasado desapercibida, pero bajo los efectos del alcohol, la simple petición se convirtió en un detonante de violencia.
Él estaba muy enojado, me agarró de los brazos, me empujó y me jaloneó. Tenía mucho miedo por mi seguridad y por la del bebé, relató la víctima a los oficiales.El pánico la invadió y no dudó en pedir ayuda a las autoridades. La patrulla de la Policía de Monterrey, que patrullaba la zona, recibió el reporte del C-4 y se dirigió de inmediato al lugar del incidente.
Al llegar, los oficiales se encontraron con la mujer visiblemente afectada, con los rastros de la agresión aún presentes en su cuerpo. La angustia de la víctima era palpable. La escena contrastaba con la tranquilidad del vecindario, dejando entrever la oscura realidad que se vivía detrás de las paredes de la casa.
Azibem Armando Ch. fue detenido y trasladado a las instalaciones de la Policía de Monterrey. El Ministerio Público tomó el caso y se encuentra llevando a cabo las investigaciones para determinar la gravedad de los hechos y las consecuencias legales que le corresponden al agresor.