El programa, diseñado para atender las necesidades de las comunidades rurales, ha logrado sembrar más de un millón 106 mil hectáreas con cerca de mil 300 millones de árboles de más de 600 especies diferentes. Este esfuerzo ha impulsado un crecimiento en la producción de diversos cultivos como limón, manzana, naranja, mango, cacao y agave, entre otros.
Las cifras son contundentes: al cierre del 2023, Sembrando Vida atendió a 455 mil 749 personas en 25 mil 920 localidades y 8 mil 917 ejidos, abarcando 1,400 municipios en 23 estados. La superficie total de producción alcanza un millón 139 mil 372.5 hectáreas.
Sin embargo, el éxito del programa no se extiende a todas las regiones del país. En el estado de Oaxaca, por ejemplo, la sequía ha afectado a 408 municipios durante tres años consecutivos, lo que ha provocado un déficit de al menos 150 mil toneladas de maíz, un alimento fundamental para las familias oaxaqueñas. La producción de maíz en el estado es de 650 mil toneladas, mientras que la demanda anual alcanza las 800 mil toneladas.
En regiones como el istmo de Tehuantepec, los productores han reportado pérdidas de hasta el 60% de su cosecha. Para enfrentar este reto, el gobierno de Oaxaca ha destinado 705 millones de pesos, adicionales a los 38 mil millones de pesos que el programa Sembrando Vida destina a nivel nacional.
A pesar de estos esfuerzos, la sequía sigue siendo una amenaza latente para la seguridad alimentaria de las comunidades rurales. La lucha contra la desertificación y la búsqueda de soluciones para mitigar los efectos del cambio climático se convierten en temas prioritarios para garantizar la viabilidad de programas como Sembrando Vida.