Durante un mitin en Pensilvania, Kamala Harris no esquivó la polémica y mencionó al cártel mexicano en el contexto del tráfico de drogas y la venta de fentanilo a los niños estadounidenses, resaltando la urgencia de abordar este problema.
"Tenemos que enfrentar el tráfico de drogas en nuestra frontera sur", declaró Harris, haciendo énfasis en la amenaza del fentanilo. Con una postura firme, la candidata demócrata subrayó la necesidad de tomar medidas contundentes, utilizando su experiencia como fiscal general de California, un estado fronterizo, para enfatizar su conocimiento del problema.
"He trabajado en la línea del frente para combatir estas organizaciones criminales transnacionales", dijo Harris, demostrando su compromiso con la lucha contra el crimen organizado. Su propuesta de campaña pone de manifiesto su intención de aplicar la ley de manera rigurosa para combatir el tráfico de drogas, haciendo especial énfasis en el fentanilo como un riesgo significativo para los jóvenes.
La mención específica del Cártel de Sinaloa como una prioridad genera expectativas sobre el enfoque que Harris adoptaría en caso de ganar la presidencia. Aunque la DEA identifica a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) como los principales actores en el tráfico de drogas sintéticas en Estados Unidos, Harris se centró únicamente en el Cártel de Sinaloa en su declaración.
Esta decisión estratégica refleja su intención de posicionarse como una defensora comprometida en la lucha contra el tráfico de drogas, utilizando su experiencia previa para enfrentar este desafío de manera directa.