Esta reducción se ha logrado a pesar de las inversiones destinadas a rescatar a la empresa, un tema central de la política económica del actual gobierno.
El Presidente argumenta que la caída en la producción de Pemex se ha detenido, y la empresa se encuentra en una situación mucho más favorable que la que heredó. Sin embargo, esta visión no es compartida por todos. Algunos analistas cuestionan la sostenibilidad de la estrategia de rescate, argumentando que las inversiones no se traducen en una mejora en la productividad y eficiencia de Pemex.
La defensa de Pemex como una empresa pública es otro punto crucial del discurso del Presidente. Las privatizaciones, según él, no son una solución viable. Esta postura, bandera del movimiento político del actual gobierno, ha generado debates sobre el papel del Estado en la economía.
En el contexto actual, con la transición hacia un nuevo gobierno, surge la pregunta: ¿qué estrategias se implementarán para el futuro de Pemex? El debate sobre la deuda y la sostenibilidad de la empresa petrolera seguirá siendo un tema central en el discurso político y económico del país.