Este cambio histórico, que ahora espera la aprobación del Senado, otorga a los pueblos indígenas un lugar central en la toma de decisiones que les afectan directamente.
La reforma establece que los pueblos indígenas podrán participar en la construcción de obras en sus territorios, garantizando que sus voces sean escuchadas y que sus derechos sean respetados. Esta participación no se limita a la consulta, sino que se extiende a la toma de decisiones en todos los niveles.
Otra medida fundamental es la posibilidad de acceder a recursos de manera directa para financiar proyectos propios. Este cambio busca empoderar a los pueblos indígenas, permitiéndoles tomar control de su desarrollo y construir un futuro más próspero para sus comunidades.
"Esta reforma es un hecho histórico, un paso fundamental para la construcción de un México más justo e incluyente", declaró el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha impulsado esta iniciativa.
Para garantizar que las decisiones del gobierno sean accesibles a todos, la reforma también obliga a traducir las leyes y normas a las lenguas indígenas. Esta medida garantiza que los pueblos indígenas puedan comprender las leyes que les rigen y ejercer sus derechos de manera efectiva.
La aprobación de esta reforma ha sido celebrada por organizaciones indígenas y de derechos humanos, quienes la consideran un avance significativo en la protección de los derechos de los pueblos indígenas. Se espera que el Senado apruebe la reforma a la brevedad, para que pueda ser publicada en el Diario Oficial de la Federación y entre en vigor.