En su última "mañanera" antes de dejar la presidencia, AMLO presumió un triunfo contundente: la erradicación del robo de 80 mil barriles de combustible diarios, un problema que según él, operaba como una red con nexos en gobiernos anteriores.
"Lo que les estoy diciendo, lo puedo probar. Eso se acabó", declaró el presidente, asegurando que la eliminación del "huachicol" no solo significó un golpe a la corrupción, sino también un ahorro de 342 mil millones de pesos. Este monto, más que el costo de la refinería de Dos Bocas, se logró al evitar la fuga de combustible y fortalecer el sistema de distribución.
"Hemos ahorrado 342,000 millones más que lo que nos costó la refinería de dos bocas para producir el 20% de las gasolinas que consume el país", mencionó AMLO, enfatizando la importancia de este logro para las finanzas públicas.
Este anuncio, sin duda, ha sido recibido con opiniones divididas. Algunos celebran el combate al "huachicol" como un avance significativo en la lucha contra la corrupción. Otros, sin embargo, cuestionan las cifras y la efectividad de las estrategias implementadas. Lo que sí es un hecho es que el legado de AMLO en este frente es un tema de debate y análisis, y el impacto de estas medidas en la seguridad energética del país seguirá siendo objeto de análisis en los próximos años.