La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en la sesión del 9 de octubre de 2024, no solo confirmó el compromiso con el medio ambiente, sino que profundizó en las estrategias para mitigar el impacto de los proyectos.
"Para cada obra nueva, se realiza una manifestación de impacto ambiental o un instrumento equivalente con el objetivo de minimizar o compensar los posibles daños", explicó la mandataria. Esto significa que se implementan medidas para disminuir al máximo las afectaciones al entorno natural.
La mandataria destacó, en particular, el caso del Tren Maya, donde se ha ampliado el número de áreas naturales protegidas. "Todas las áreas naturales protegidas deben tener un programa de manejo para su conservación", puntualizó Sheinbaum Pardo.
La gestión responsable de zonas contaminadas y la expansión de áreas naturales protegidas son las protagonistas de este nuevo panorama.
El Tren Maya, un proyecto de infraestructura que ha generado polémica por su impacto ambiental, ha dado un giro hacia la sostenibilidad con la ampliación del número de áreas naturales protegidas. La joya de la corona de este esfuerzo es la Reserva de la Biosfera de Calakmul, que ahora ostenta el título de segunda reserva mundial de Selva Baja después del Amazonas. Este logro se debe a decretos gubernamentales que buscan salvaguardar este invaluable ecosistema.
La conservación de estas áreas protegidas no se limita a la creación de espacios delimitados. Se requiere un programa de manejo integral que garantice su viabilidad a largo plazo. Este programa debe abordar la gestión de recursos naturales, el control de actividades humanas y la investigación científica.
Para minimizar el impacto de las nuevas obras, se ha implementado la manifestación de impacto ambiental, un documento que detalla las medidas para mitigar las posibles afectaciones al medio ambiente. Este instrumento busca asegurar que el desarrollo se lleve a cabo de manera responsable, sin comprometer la integridad de los ecosistemas.
En un movimiento hacia una economía circular, se fomenta la reutilización y reciclaje de residuos. Esta estrategia busca cerrar el ciclo de vida de los productos, evitando que terminen en los vertederos y, al mismo tiempo, generando oportunidades de empleo y emprendimiento.
La construcción de un futuro sostenible en el sureste mexicano requiere de una visión integral que integre la protección ambiental, el desarrollo económico y la participación ciudadana. Solo así se podrá asegurar un futuro próspero y equilibrado para la región.
En resumen, la presidenta enfatizó que la preservación del medio ambiente es una prioridad en la construcción de nuevas obras. La implementación de estudios de impacto ambiental y la expansión de áreas protegidas reflejan un compromiso con la sostenibilidad.