Este es el panorama que enfrentan algunas juezas en Jalisco, México, tras la reciente reforma judicial. Una jueza con 20 años de trayectoria, quien prefiere mantenerse en el anonimato, narra su frustración ante la incertidumbre que genera la nueva ley. "Es frustrante", comenta, "llevo dos décadas en esta profesión, he ascendido desde oficial judicial hasta juez federal. Y ahora, de repente, me veo obligada a competir por mi puesto en una elección".
La jueza, quien dejó su familia y su vida en Quintana Roo para construir su carrera en Jalisco, se siente desilusionada por la aplicación desigual de la reforma en el estado. "De las 23 juezas en Jalisco, solo tres o cuatro mantendrán sus cargos hasta 2027. Las demás, incluida yo, debemos someternos a elecciones extraordinarias", explica.
La reforma, que busca democratizar la selección de jueces y magistrados, establece que en 2025 los ciudadanos votarán por 464 magistrados de circuito y 386 jueces de distrito. En 2027, el proceso se repetiría para el mismo número de funcionarios judiciales.
Para la jueza, esta medida representa un golpe a la estabilidad y trayectoria de quienes han dedicado su vida al Poder Judicial. "Es válido que se cambie la Constitución", admite, "pero me preocupa el impacto que tendrá esto en la ciudadanía. Si esto está sucediendo con el Poder Judicial Federal, ¿qué pasará con otros organismos del Estado?", cuestiona.